jueves, 6 de enero de 2011

Desde el otro lado de mi ser te escribo
aquí es posible conceder celestes a la noche
aquí las manos que garabatean el mar que desvanece gota a gota el horizonte y se une al cielo te escriben
eres una esencia que se cuela en todas partes.

Pero eres más cuando el cobalto ya es cobijo
duerme mi razón y a escondidas de sus suspiros me desato las manos y me entrego en versos,
versos y versos que se quedan conmigo.